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8 de octubre de 2013

Vuelta de Tuerca




Es muy complicado intentar reducir en el humilde espacio de un blog la figura de uno de los escritores norteamericanos más influyentes e importantes de la literatura del s. XIX y XX. Sin él, autores como Dos Passos, Gertrude Stein, o Hemingway no habrían redescubierto Europa, por ejemplo; y muchas características de la novela moderna que ahora tenemos asumidas y consideramos habituales, no existirían. Sin más.
Henry James (1843 - 1916) se puede considerar el principal adalid del Realismo Americano, fue contemporáneo de Flaubert, Zola y admirador de Balzac, George Sand o Iván Turguéniev.
Para él la novela, en sus propias palabras, debía "representar la vida" y "sus personajes deben ser reales y de tal catadura que podamos encontrárnoslos en la vida real." Y es lo que hizo Henry James en sus obras, pero lógicamente a través del filtro de sus propias experiencias vitales...


Henry James


Henry James, nacido en Nueva York en el seno de una familia de intelectuales, creció en un ambiente entusiasta de la cultura y el arte. Estudió con diferentes tutores en Italia, Suiza, Inglaterra, Alemania o Francia junto a sus hermanos, lo que impregnó sus obras de un aire cosmopolita. En ellas representaba un mundo refinado vasallo de la inteligencia, el arte y la cultura, donde destacaba la continua batalla entre el individuo y la sociedad. Y todo ello a través de un estilo muy personal y complejo, oblicuo, en zigzag; donde las reglas gramaticales a veces se comban en largas oraciones, casi incomprensibles, que se desgranan en digresiones imitando el tomo íntimo y la ambigüedad de la conversación humana.

¿Cómo puede ser que el autor de obras como Retrato de una dama (1881) o La copa dorada (1904), profundas y minuciosas estampas psicológicas de la sociedad que frecuentaba, se interesara por... ¿los cuentos de fantasmas? ¡y que los escribiera... y no pocos además!

El propio Henry James reconocía que la temática sobrenatural no era su predilecta y que se inclinaba más a la observación de lo real, de lo familiar. Pero quizás a causa de malas experiencias personales, como la muerte de sus padres y la de su querida hermana menor, Alice; o la nefasta recepción de sus obras teatrales, James se aisló, se fue a vivir a una típica casona georgiana en un pueblecito de Sussex y comenzó a rumiar lo que sería la novela que hoy nos interesa: Vuelta de tuerca (1898).

Primera edición de Vuelta de tuerca

Para Henry James lo sobrenatural fue en realidad una herramienta para profundizar en la descripción de emociones o pensamientos que a través del realismo no habría podido plasmar.
El pensamiento mágico no dejaba de vincularse con lo primitivo, lo irracional, lo ancestral; era al fin y al cabo la evasión de la mentalidad pragmática, burguesa y capitalista de la sociedad victoriana. Por ello, las historias de fantasmas estaban muy en boga en la época y Henry James, en un afán rigurosamente experimental, decidió adentrarse en la novela gótica pero desde una óptica diferente, una perspectiva que lo cambiaría todo.

Tanto Henry James como su hermano William, psicólogo, filósofo pragmático y hombre de Ciencia, estaban muy interesados por el fenómeno espírita, muy célebre en esos años. William James, como científico, estudió este fenómeno y sus investigaciones fueron presentadas en la Society for Psychical Research (SPR). Vale la pena comentar que en esta prestigiosa institución militaron varios premios Nobel y profesionales de ramas tan dispares como la astronomía, la filosofía, la literatura o la física.

Tomando como base las actas clínicas de los casos estudiados de la SPR, Henry James fue construyendo un mundo fantasmagórico que rompió totalmente con la visión tradicional gótica. Sus espectros surgen a la luz del día, son silenciosos, son reconocibles. La figura del fantasma se diluye para convertirse en una metáfora, para transfigurarse en las proyecciones de la psique de los personajes o ser sencillamente el símbolo de las relaciones entre ellos.

 Los dos hermanos James

Pero, ¿cuál es el argumento de Vuelta de tuerca? ¿De qué va? ¿A qué viene tanto revuelo?
Vuelta de tuerca cuenta en primera persona la historia de una (apocada y reprimida) institutriz que es contratada para educar a dos niños de aspecto angelical en una apartada mansión victoriana. Pero el edificio guarda turbios secretos que han sobrecogido las mentes de los dos pupilos, y en su determinación por protegerlos, la institutriz comienza a ser testigo de fenómenos inexplicables: fantasmas.

Las influencias de esta novela son muy variadas y reconocibles: tenemos una parodia elegante de la Jane Eyre de Charlotte Brontë, el historial clínico de Lucy R. de la obra La histeria de Sigmund Freud; la balada de Goethe El rey de los elfos o El cuento de la vieja niñera de Elizabeth Gaskell. Henry James declaró que el germen inicial fue la espeluznante historia que el arzobispo de Canterbury, Edward White Beson, le relató una noche de invierno en su solitaria casa de Sussex. Esta historia era sobre unos niños que estaba poseídos por los espíritus de dos criados muertos.

El arzobispo poniendo en canción a James

Desde nuestra panorámica, algo bastante inofensivo e incluso candoroso, ¿cierto? Pero Henry James da una vuelta de tuerca al asunto.
A través de la típica estructura narrativa concéntrica de novelones góticos como Melmoth el Errabundo, el Monje o Los misterios de Udolfo, de reminiscencias oníricas, James creó un texto ambiguo, oscuro, indeterminado. ¿Es cierto el testimonio de la institutriz? ¿Lo que sucede tiene una explicación racional o sobrenatural?
Esta obra, como su propio autor manifestó, es "una trampa para incautos". El lenguaje encubierto y de doble sentido, la vaguedad absoluta y las lagunas para nada azarosas, aumentan el interés así como el desasosiego y terror del lector, que proyecta sus propios temores o deseos en los personajes.
¿Son los niños víctimas del profundo desequilibrio psicológico de la institutriz, estando indefensos y a su completa merced? ¿O en realidad se están haciendo los inocentes?
Es un estudio primoroso de la maldad humana.

No en vano, Vuelta de tuerca es uno de los relatos de temática sobrenatural que más se han interpretado y estudiado, sin llegar a ninguna conclusión en firme. Se ha hecho desde la perspectiva marxista, feminista, deconstruccionista, homoerótica... Es lo que tiene una obra deliberadamente equívoca.
Oscar Wilde dijo de ella: "Es un cuento absolutamente extraordinario, terrorífico, venenoso, como una tragedia isabelina".


La novela tuvo desde muy temprano multitud de adaptaciones teatrales y cinematográficas, incluso operísticas. Algunas más afortunadas que otras y todas ellas con la enorme dificultad de su interpretación. Desde la Tabla Esmeralda destacamos tres muy concretas:

El telefilm The turn of the screw (1959) protagonizado por la grandísima Ingrid Bergman y que le valió un premio Emmy por su trabajo.


            


The Innocents (1961) de guion co-escrito por Truman Capote y con una Deborah Kerr rutilante.

   
La gran Kate Bush también buscó inspiración en James para crear sus canciones

Y El celo (2000) del mallorquín Antoni Aloy, donde Lauren Bacall y Harvey Keitel no dejan a nadie impasible con sus interpretaciones.


                             


Para los interesados en otros relatos de Henry James dedicados a fantasmas, recomendaros la publicación de Valdemar 13 cuentos de fantasmas, donde también se incluye Vuelta de tuerca. El precio es... digamos que impactante, pero la cuidada edición de la Colección Gótica, bien lo vale.
Para a los que la economía apriete algo más (habitual en estos tiempos) y estéis suscritos a scribd, este enlace os será de gran utilidad. 



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Vuelta de Tuerca

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Es muy complicado intentar reducir en el humilde espacio de un blog la figura de uno de los escritores norteamericanos más influyentes e importantes de la literatura del s. XIX y XX. Sin él, autores como Dos Passos, Gertrude Stein, o Hemingway no habrían redescubierto Europa, por ejemplo; y muchas características de la novela moderna que ahora tenemos asumidas y consideramos habituales, no existirían. Sin más.
Henry James (1843 - 1916) se puede considerar el principal adalid del Realismo Americano, fue contemporáneo de Flaubert, Zola y admirador de Balzac, George Sand o Iván Turguéniev.
Para él la novela, en sus propias palabras, debía "representar la vida" y "sus personajes deben ser reales y de tal catadura que podamos encontrárnoslos en la vida real." Y es lo que hizo Henry James en sus obras, pero lógicamente a través del filtro de sus propias experiencias vitales...


Henry James


Henry James, nacido en Nueva York en el seno de una familia de intelectuales, creció en un ambiente entusiasta de la cultura y el arte. Estudió con diferentes tutores en Italia, Suiza, Inglaterra, Alemania o Francia junto a sus hermanos, lo que impregnó sus obras de un aire cosmopolita. En ellas representaba un mundo refinado vasallo de la inteligencia, el arte y la cultura, donde destacaba la continua batalla entre el individuo y la sociedad. Y todo ello a través de un estilo muy personal y complejo, oblicuo, en zigzag; donde las reglas gramaticales a veces se comban en largas oraciones, casi incomprensibles, que se desgranan en digresiones imitando el tomo íntimo y la ambigüedad de la conversación humana.

¿Cómo puede ser que el autor de obras como Retrato de una dama (1881) o La copa dorada (1904), profundas y minuciosas estampas psicológicas de la sociedad que frecuentaba, se interesara por... ¿los cuentos de fantasmas? ¡y que los escribiera... y no pocos además!

El propio Henry James reconocía que la temática sobrenatural no era su predilecta y que se inclinaba más a la observación de lo real, de lo familiar. Pero quizás a causa de malas experiencias personales, como la muerte de sus padres y la de su querida hermana menor, Alice; o la nefasta recepción de sus obras teatrales, James se aisló, se fue a vivir a una típica casona georgiana en un pueblecito de Sussex y comenzó a rumiar lo que sería la novela que hoy nos interesa: Vuelta de tuerca (1898).

Primera edición de Vuelta de tuerca

Para Henry James lo sobrenatural fue en realidad una herramienta para profundizar en la descripción de emociones o pensamientos que a través del realismo no habría podido plasmar.
El pensamiento mágico no dejaba de vincularse con lo primitivo, lo irracional, lo ancestral; era al fin y al cabo la evasión de la mentalidad pragmática, burguesa y capitalista de la sociedad victoriana. Por ello, las historias de fantasmas estaban muy en boga en la época y Henry James, en un afán rigurosamente experimental, decidió adentrarse en la novela gótica pero desde una óptica diferente, una perspectiva que lo cambiaría todo.

Tanto Henry James como su hermano William, psicólogo, filósofo pragmático y hombre de Ciencia, estaban muy interesados por el fenómeno espírita, muy célebre en esos años. William James, como científico, estudió este fenómeno y sus investigaciones fueron presentadas en la Society for Psychical Research (SPR). Vale la pena comentar que en esta prestigiosa institución militaron varios premios Nobel y profesionales de ramas tan dispares como la astronomía, la filosofía, la literatura o la física.

Tomando como base las actas clínicas de los casos estudiados de la SPR, Henry James fue construyendo un mundo fantasmagórico que rompió totalmente con la visión tradicional gótica. Sus espectros surgen a la luz del día, son silenciosos, son reconocibles. La figura del fantasma se diluye para convertirse en una metáfora, para transfigurarse en las proyecciones de la psique de los personajes o ser sencillamente el símbolo de las relaciones entre ellos.

 Los dos hermanos James

Pero, ¿cuál es el argumento de Vuelta de tuerca? ¿De qué va? ¿A qué viene tanto revuelo?
Vuelta de tuerca cuenta en primera persona la historia de una (apocada y reprimida) institutriz que es contratada para educar a dos niños de aspecto angelical en una apartada mansión victoriana. Pero el edificio guarda turbios secretos que han sobrecogido las mentes de los dos pupilos, y en su determinación por protegerlos, la institutriz comienza a ser testigo de fenómenos inexplicables: fantasmas.

Las influencias de esta novela son muy variadas y reconocibles: tenemos una parodia elegante de la Jane Eyre de Charlotte Brontë, el historial clínico de Lucy R. de la obra La histeria de Sigmund Freud; la balada de Goethe El rey de los elfos o El cuento de la vieja niñera de Elizabeth Gaskell. Henry James declaró que el germen inicial fue la espeluznante historia que el arzobispo de Canterbury, Edward White Beson, le relató una noche de invierno en su solitaria casa de Sussex. Esta historia era sobre unos niños que estaba poseídos por los espíritus de dos criados muertos.

El arzobispo poniendo en canción a James

Desde nuestra panorámica, algo bastante inofensivo e incluso candoroso, ¿cierto? Pero Henry James da una vuelta de tuerca al asunto.
A través de la típica estructura narrativa concéntrica de novelones góticos como Melmoth el Errabundo, el Monje o Los misterios de Udolfo, de reminiscencias oníricas, James creó un texto ambiguo, oscuro, indeterminado. ¿Es cierto el testimonio de la institutriz? ¿Lo que sucede tiene una explicación racional o sobrenatural?
Esta obra, como su propio autor manifestó, es "una trampa para incautos". El lenguaje encubierto y de doble sentido, la vaguedad absoluta y las lagunas para nada azarosas, aumentan el interés así como el desasosiego y terror del lector, que proyecta sus propios temores o deseos en los personajes.
¿Son los niños víctimas del profundo desequilibrio psicológico de la institutriz, estando indefensos y a su completa merced? ¿O en realidad se están haciendo los inocentes?
Es un estudio primoroso de la maldad humana.

No en vano, Vuelta de tuerca es uno de los relatos de temática sobrenatural que más se han interpretado y estudiado, sin llegar a ninguna conclusión en firme. Se ha hecho desde la perspectiva marxista, feminista, deconstruccionista, homoerótica... Es lo que tiene una obra deliberadamente equívoca.
Oscar Wilde dijo de ella: "Es un cuento absolutamente extraordinario, terrorífico, venenoso, como una tragedia isabelina".


La novela tuvo desde muy temprano multitud de adaptaciones teatrales y cinematográficas, incluso operísticas. Algunas más afortunadas que otras y todas ellas con la enorme dificultad de su interpretación. Desde la Tabla Esmeralda destacamos tres muy concretas:

El telefilm The turn of the screw (1959) protagonizado por la grandísima Ingrid Bergman y que le valió un premio Emmy por su trabajo.


            


The Innocents (1961) de guion co-escrito por Truman Capote y con una Deborah Kerr rutilante.

   
La gran Kate Bush también buscó inspiración en James para crear sus canciones

Y El celo (2000) del mallorquín Antoni Aloy, donde Lauren Bacall y Harvey Keitel no dejan a nadie impasible con sus interpretaciones.


                             


Para los interesados en otros relatos de Henry James dedicados a fantasmas, recomendaros la publicación de Valdemar 13 cuentos de fantasmas, donde también se incluye Vuelta de tuerca. El precio es... digamos que impactante, pero la cuidada edición de la Colección Gótica, bien lo vale.
Para a los que la economía apriete algo más (habitual en estos tiempos) y estéis suscritos a scribd, este enlace os será de gran utilidad. 



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